SAGRADOS CORAZONES


SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Podemos confiar siempre en el amor del Sagrado Corazón de Jesús. Él nos ama, nos perdona, nos espera siempre.

Dios ha querido que todas las personas del mundo nos experimentemos amados por Él, que reconozcamos nuestra dignidad y veamos a los demás como nuestros hermanos y hermanas. Todos en el mundo necesitamos vivir como una verdadera familia.

Jesús creó una nueva familia donde reinó la paz y la justicia. Acogió al excluido y le devolvió la vida.

Jesús sembró la semilla de la Palabra que hizo a los ricos devolver a los pobres sus bienes, sanó a los enfermos, levantó a los deprimidos, perdonó a los pecadores y dio sentido a sus vidas. 

Jesús transformó el mundo a su alrededor, y ahora nos toca a nosotros, a ti y a mí. Este mundo está en nuestras manos. Necesitamos colaborar con nuestro granito de arena unidas al Sagrado Corazón de Jesús.

INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

María nos acompaña cada día de nuestra vida, como madre, amiga, hermana, guía segura y consuelo en nuestras penas.

María acogió en su Corazón la Palabra de Dios, y también el sufrimiento de su Pueblo; encarnó al Hijo de Dios aceptando el mensaje del Ángel con un valiente “Hágase”, a pesar de que eso le implicara el riesgo de perder su vida.

Se confío totalmente en el amor de Dios Padre. Con la ayuda de San José, educó a Jesús en la fe, en los valores humanos y familiares. Posteriormente se convirtió en la primera y más destacada discípula.

Confirmó y oriento la fe de los seguidores de su Hijo en la Bodas de Caná, y como Misionera, a la par de Jesús, levantó a las personas caídas por el dolor, la injusticia y el vicio.

María da ánimo y fortaleza a todo aquel que sufre. Construye el reino de Dios evangelizando y llamando a evangelizar.



 
 

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